Revista
Tiempo Latinoamericano

   ES      EN      PO

Editorial (Marzo 1985)

"Hay que seguir andando..."

Revista nº15 (Cliquee para ver/descargar)La idea de pueblo peregrino en busca de su liberación, que con tanta insistencia predicaba Mons. Angelelli, se nos actualiza al retomar el camino en este 1985. Como toda marcha que se reinicia queremos hacerlo en energías renovadas, sumando los esfuerzos a los de todo un pueblo que todavía camina buscando su felicidad.

Como el antiguo Pueblo de Dios peregrino hacia la tierra prometida, avanzamos con la esperanza puesta en los objetivos que como comunidad nacional todavía necesitamos conquistar. Si la marcha no es más acelerada es porque en este camino no son pocas las dificultades que se nos atraviesan. Las debilidades, las vacilaciones, las infidelidades nos distraen, nos entretienen; y exigen de todos y cada uno una constante revisión de vida para convertirnos y volver al rumbo que como pueblo vamos diseñando.

Como hombres, como comunidad, como pueblo sabemos que hay objetivos de los que no nos podemos apartar, como el señero de la “tierra prometida”, esa tierra de felicidad y de justicia “donde mana leche y miel”, que era el anhelado objetivo del pueblo peregrino por el desierto durante largos años de marcha y lucha, en que el pueblo de Dios forjó su liberación.

También sabemos que esos objetivos de grandeza nacional y de felicidad para todos, –que exigen romper los lazos de la dependencia y el tutelaje imperial, buscando formas más justas en la distribución de los bienes que Dios ha puesto para todos, – los vamos logrando en una marcha que va definiendo su propio ritmo, en la medida que se asume toda la carga histórica, el propio bagaje cultural y todo lo que tenemos como acervo popular.

Como Pueblo argentino, en este 1985 necesitaremos profundizar las exigencias de la democracia real, asentada en una justicia social efectiva que termine con lacras sociales como la desnutrición infantil, la niñez abandonada (pág.24), la deserción escolar o el analfabetismo, que entre otras más se nos presentan todavía como dramáticos signos cuaresmales que nos cuestionan, requiriendo un sincero propósito de enmendar tantos males mediante un compromiso decidido con los desheredados de nuestro propio suelo, en el que los cristianos tenemos una doble responsabilidad como ciudadanos y hombres de fe.

Como Iglesia, como pueblo de Dios, también en este 1985 estamos impelidos a caminar juntos a retomar una marcha de fidelidad al Evangelio, enmendando silencios, indiferencias y descompromisos. Esta es la exigencia en estos tiempos cuaresmales de revisión, penitencia y conversión para todos los cristianos en Argentina. Los cristianos cordobeses tendremos también este año la posibilidad de una profunda revisión de nuestra misión como Iglesia, en el Sínodo a que nos ha convocado nuestro Pastor (Pág.14).

Necesitamos revisar nuestra tarea para crecer en comunión y aportar creativamente a la renovación de nuestra Iglesia para que sea fiel reflejo del rostro de Cristo.

¿Quiénes somos? ¿A qué distancia del Evangelio, del Vaticano II, de Medellín y de Puebla? ¿Hacia dónde vamos como Iglesia de Cristo en nuestra diócesis?

Un verdadero desafío a la madurez, a la búsqueda y a la toma de conciencia.

Un compromiso con la verdad, aunque a veces resulte dura. Un examen de conciencia con la mano puesta en el corazón, los ojos en la realidad y “un oído al Evangelio y otro al pueblo”, como afirmaba Mons. Angelelli, que también como sacerdote y obispo cordobés ejerció como presencia profética, la renovación que luego con Juan XXIII asumiría toda la Iglesia en el Concilio Vaticano II.

No es más que el mismo impulso de adaptación a la realidad señalado por Juan Pablo II en su reciente visita a Latinoamérica (pág.26): Opción preferencial por los pobres de una Iglesia fiel a su misión de “servidora”, que debemos plasmar como comunidad de esperanza y de Amor en un transparente signo profético del mundo nuevo instaurado por Jesucristo y que como cristianos debemos construir a cada paso, todos los días, reconstruyendo la fraternidad y la justicia entre los hombres y los pueblos.

Lanzados en esta marcha, seguiremos andando nomás…

Equipo Responsable