Revista
Tiempo Latinoamericano

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Editorial (Abril 1988)

HACERNOS PUEBLO EN LA PASCUA

Revista nº35 (Cliquee para ver/descargar)Ciertamente para quienes vivimos la experiencia pascual de la caída del régimen de Lanusse, enmarcada por una movilización popular que encontró en el Cordobazo un punto culminante del nivel de conciencia del movimiento obrero argentino y por el impacto del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo como expresión de un sector cristiano comprometido con la liberación nacional y social, en el momento actual creer en la presencia del resucitado acompañando nuestra marcha, creer en la resurrección, es un nuevo desafío.

Llegó el momento en que como el profeta Habacuq no nos quedó más que decir “¿Por qué me obligas a ver la injusticia y te quedas mirando la opresión? Sólo observo robos y atropello y no hay más que querellas y altercados. La ley está sin fuerza y ya no salen decretos justos. Como los malvados mandan a los buenos, no se ve más que derecho torcido”.

Esta hegemonía del sistema, –impuesta por las multinacionales y apoyada por la oligarquía nativa, instrumentada principalmente por las políticas de las dictaduras militares–, arrasó con todos los referentes de la sociedad. Este sistema que extremó la dependencia de las mayorías a los grandes intereses económicos, no justifica a la dirigencia sindical apoltronada en sus aparatos, las salidas individualistas de científicos, intelectuales y técnicos, las maniobras para conservar el poder de las jerarquías eclesiásticas, la atomización ortodoxa y purista de las propuestas de cambio o simplemente el escepticismo que tiende a dominar nuestras conciencias.

A todo esto hoy sube un obrero de la Whelan a un colectivo, con una caja… “Obreros despedidos”. “Fábrica ocupada”, son suficientes palabras para que el que puede saque un austral y colabore calladamente con la olla…

Hoy, un vasto sector de servidores públicos, los maestros, denuncian con su universidad la farsa de las contiendas partidarias, la necesidad de cambios de fondo y preanuncian que su servicio no será el de formar nuevos engranajes para el sistema, sino conciencias críticas, solidarias y comprometidas en el ejercicio participativo de la democracia…

Hoy la ardua tarea de recomponer la vida, con espacios de encuentro, de fraternidad, de esclarecimiento de la realidad, cuente con el todavía tímido pero constante crecimiento e interés por las Comunidades Eclesiales de Base. Comunidades que nos hacen Pueblo en el compartir; nos hacen Pueblo en la solidaridad; nos hacen Pueblo al ayudarnos a ver la realidad con nuestros propios ojos, y no meramente con los de las empresas que manejan la información a nivel nacional e internacional; nos hacen Pueblo en cuanto la religiosidad que vivimos en ellas son expresión de las alegrías y de las luchas de todos los días. Esta vida en Comunidad nos descubre como Pueblo de Dios al encontrar en su Palabra nuestra Palabra, en su historia nuestra historia, en su sed de justicia y paz nuestra sed, en la plenitud de su vida la plenitud de nuestra vida…

“Si la historia la escriben los que ganan, eso quiere decir que hay otra historia; la verdadera historia quien quiere oír que oiga” –canta Lito Nebbia–. Es precisamente es esa otra historia, la que falta en los libros, la que escribimos con alegrías, sangre y sudor todos los días, donde estamos gestando la Pascua final. Pascua de toda la historia, de la verdadera historia, de la que da a la luz la libertad y la vida, la liberación. Adelantar esta Pascua es nuestro compromiso y nuestra alegría, por eso nos animamos a desearles a todos, Felices Pascuas!.

Equipo Responsable