Editorial (Abril 1992)

¿PARA QUÉ? 500 AÑOS

El debate y la reflexión sobre los 500 años ha crecido en los últimos meses. Sobre todo en algunos ámbitos, entre los que merecen destacarse las Comunidades Eclesiales de Base, grupos cristianos y sectores vinculados al arte y la música. Un inicio favorable es la gran demanda de materiales bibliográficos, videos, etc., que revelen una óptica diferente a la historia oficial. Nuestro equipo de trabajo viene realizando un esfuerzo enorme para satisfacer esta demanda. Especialmente después del Curso-Taller ’92, realizado en febrero, bajo la consigna “500 años de Dominación política, económica, religiosa y cultural”. Con el P. Oscar Beozzo y Sandro Gallazzi.

El encuentro de los ex-cursistas realizado el 5 de abril por el Centro Tiempo Latinoamericano, con la multiplicidad de propuestas e iniciativas para promover el debate en las comunidades y diferentes ámbitos de trabajo, resultaron una evidencia del esfuerzo e interés que despierta la reflexión del tema desde la óptica de los oprimidos. También la “Semana del Aborigen”, del 19 al 25 de abril.

Buscamos promover la articulación de todas las iniciativas que van surgiendo, y en ese sentido se ampliará la base de propuestas en la reunión de todos los grupos y espacios de trabajo que se reunirán el 9 de mayo en Córdoba.

Desde nuestro Centro, y profundizando el contenido de los homenajes a Mons. Angelelli que realizamos todos los años, en la primera semana de agosto, del 1 al 7, llevaremos a cabo el Encuentro de Reflexión “mons. Angelelli”, con el tema “Cultura y evangelización desde los oprimidos”, que estará asesorado por el reconocido teólogo Fray Leonardo Boff y el biblista Sandro Gallazzi.

No pretendemos sólo una revisión histórica. La reflexión a propósito de los 500 años tiene un sentido de absoluta vigencia para la comprensión de la realidad actual. Porque la política de exterminio de razas, culturas, religiones, formas de organización social de los milenarios habitantes de estas tierras, tiene directa relación con los efectos actuales de las políticas de “ajuste” que sufren nuestros pueblos, con la dominación cultural e ideológica que se intenta por los grandes medios de comunicación, con las pretensiones de hegemonías religiosas que se presentan en formas verticales, autoritarias y centralizadas, sin asumir la pluralidad de culturas y expresiones religiosas propias del pueblo.

El hilo conductor de ayer y hoy son los proyectos hegemónicos de dominación en todos los ámbitos. La respuesta por lo tanto no podrá ser otra que la resistencia organizada en legítima defensa de los propios intereses. Y en este sentido importa sobre todo rescatar las múltiples y variadas formas de resistencia del pueblo, en estos 500 años, que han mantenido viva las esperanzas y las posibilidades reales de avanzar en mayores espacios de autonomía, libertad y justicia social.

Poner el acento en las capacidades de nuestro pueblo para resistir las distintas formas de dominación, que se presenta hoy asfixiante y deprimente, puede llevar a que se acentúen la desesperanza y el desaliento, favoreciendo de este modo el discurso del “posibilismo”, que nos quiere convencer de que no hay más remedio que aplicar planes de ajustes, incorporarse al plan Brady, ingresar al primer mundo, conformarse con una democracia formal cada vez más vacía de participación y justicia, tolerar la corrupción, la vanalidad y el autoritarismo, en los más altos estamentos del poder político, económico, eclesiástico, etc.

La América indígena, negra, inmigrante, pobre. La América que somos, con toda su rica historia, que nos identifica y nos pertenece, porque también somos protagonistas, reclama de todos y cada uno de nosotros, que la reflexión a propósito de los 500 años, sea un punto de partida para imaginar, crear y concretar una sociedad justa y fraterna que necesitan y anhelan nuestros pueblos.

Equipo Tiempo latinoamericano