Editorial (Noviembre de 2000)

En el 25 aniversario del Martirio de Mons. Angelelli. Convocatoria

En el 2001 celebraremos el 25 aniversario del martirio de Mons. Angelelli. Nos preparamos para una convocatoria que quiere ser amplia para posibilitar la participación de todos los sectores y abierta para dar cabida a las diversas expresiones de la realidad.

En nuestro Obispo Mártir contenemos a esa multitud de hermanos/as y amigas/os que en las últimas décadas han testimoniado con la entrega de sus vidas el compromiso en la lucha por una nueva sociedad, prefiguración del reino al que nos convoca el proyecto de Jesús.

TIEMPO LATINOAMERICANO desde su aparición, en 1982, adoptó la consigna de nuestro querido Pelado: “Con un oído en el Evangelio y el otro en el Pueblo” y asumió la tarea de mantener viva la memoria de su vida, su testimonio y su mensaje.

A 25 años la figura desconocida del Obispo que fue arrinconado en la tierra riojana y eliminado para borrar las huellas molestas de su acción pastoral, es reconocida en las latitudes latinoamericanas.

La vigencia de esta memoria, que de algún modo sintetiza la porción de una historia protagonizada por muchas y muchos, está dada por la misma realidad actual que nos hacer ver tan urgente hoy como ayer la necesidad de una profunda transformación social, como imperativo evangélico.

Esta vigencia extendida de la memoria de nuestro mártir encierra a su vez el riesgo del lavaje que diluye los aspectos más conflictivos de los testimonios. El Angelelli de estampita contra el que nos advertía el P. Arturo Paoli en 1984.

Enrique Angelelli fue un Pastor bueno. Pero pastores buenos hay muchos. Pastores mártires, en cambio, hay pocos. Si reivindicamos al MARTIR es porque ubicamos al testigo en un contexto especialmente conflictivo. Todos tenemos la tarea de ser testigos. Pero no todos nos vemos enfrentados al hecho martirial. Por fidelidad histórica y por respeto al compromiso no podemos ni queremos lavar la sangre empapada en la tierra riojana para que brille mejor la blancura de su santidad, haciendo de ese modo más digerible a todos lo que en su tiempo, al igual que Jesús, fue signo de contradicción.

La memoria de nuestro Obispo y Mártir nos convoca a manifestar la unidad de nuestra fe desde la realidad de los pobres, hoy quizás más dura que ayer. Nos interpela para seguir multiplicando los gérmenes de comunidad mientras avanzamos hacia la sociedad justa y fraterna.

En la figura de Mons. Angelelli haremos presente la porción de historia latinoamericana y en especial argentina, de cristianos comprometidos con proyectos de liberación. Queremos hacer presente aquel fuerte movimiento profético en Latinoamérica y Argentina, que por su fidelidad al mensaje de Jesús, su radicalidad, su compromiso con el pueblo y su importante desarrollo puede ser útil en la situación actual donde predomina la ausencia de horizontes, de proyectos alternativos, de testimonios comprometidos, de perspectivas esperanzadoras que hagan vislumbrar un cambio profundo en las condiciones de vida de "los pueblos pobres y los pobres de los pueblos", en nuestro continente y en nuestro país.

Con este sentido eclesial, social y político CONVOCAMOS a que todos tomemos parte activa en la recuperación de la memoria de nuestros mártires. Desde los diversos ámbitos y sectores y con diferentes actividades e iniciativas. En esa amplitud de miras estaremos expresando el espíritu ecuménico y pluralista que posibilita construir la comunidad, desde la que deben articularse los esfuerzos para producir los cambios sociales que eleven las condiciones de dignidad y justicia de la mayoría excluida por este modelo social.

Equipo Tiempo Latinoamericano