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Tiempo Latinoamericano

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Editorial (Noviembre de 2006)

Para seguir andando...

Revista nº83 (Cliquee para ver/descargar)En el 2006, a 30 años de la instauración del terrorismo de estado en la Argentina, nos propusimos abordar de distintas formas la memoria de nuestros mártires y sus luchas, proyectos y compromisos.

Quisimos hacerlo poniendo sobre el tapete más que la muerte, especialmente la vida de nuestros mártires y el valor de sus testimonios en el empeño por aportar a los cambios sociales y políticos necesarios para una estructuración social más justa, fraterna y solidaria. Lo hicimos para motivar, entusiasmar y alentar los pasos que debemos seguir andando.

Quisimos contribuir a instalar un discurso distinto en el que se nos pretendió arrinconar con ciertos complejos de culpas, muy propios de asumir por nuestra parte desde nuestra identidad cristiana. En ese discurso quisimos trascender el lugar de víctimas al que fueron arrinconados nuestros mártires, como si se tratara del resultado de maleficios demoníacos, en vez de saldos –lamentables por cierto– de un compromiso y una lucha siempre desfavorable para los protagonistas que se ubican junto a los pobres.

Y en esa reivindicación de la vida, optamos por destacar las acciones y las palabras que señalaron un rumbo todavía pendiente de alcanzar. Es lo que reiteramos al centrar nuestra actividad de este año en recordar la palabra y la acción de Mons. Enrique Angelelli, promoviendo actividades en distintos lugares de nuestra provincia y aportando desde nuestros archivos a las diferentes conmemoraciones que se hicieron en distintos lugares del país.

Que junto a la memoria de nuestro obispo mártir hayamos podido sacar del olvido a tantos otros y otras hermanos/as, alentando a que cada comunidad, gremio, barrio, pueblo y ciudad haga presente a los suyos creemos que ha sido otro esfuerzo compartido que valió la pena.

Entre nosotros fue muy significativa la presencia y la palabra de nuestro amigo Leonardo Boff que junto a Marcia Miranda, participó en la memoria de Marta González, en el Auditorio de Radio Nacional el 14 de octubre.

Esta reivindicación de la memoria de nuestros mártires, a 30 años, se dio en un contexto especialmente contradictorio. Porque así como a lo largo de este año asistimos a la reapertura de los juicios penales a los asesinos del terrorismo de estado, luego de la anulación de las leyes de obediencia debida y punto final, también afloraron los elementos residuales que no se resignan a perder la impunidad en la que hasta ahora se ampararon, iniciando acciones intimidatorias con amenazas y agresiones a dirigentes y miembros de organizaciones defensoras de los derechos humanos. En nuestro caso lo hemos vuelto a sufrir en la tercera amenaza de muerte que recibe nuestro Director que, a la vez, cumple iguales funciones en la Dirección de Derechos Humanos de la Municipalidad de Córdoba.

Sin duda que la expresión más dramática fue la desaparición en La Plata de Jorge Julio López, testigo en el juicio al represor Echecolatz. El reclamo de su aparición con vida lamentablemente no tuvo la fuerza social necesaria para la obtención de algún resultado. Y no deja de ser una preocupación porque el objetivo principal de los hechos intimidatorios es precisamente volver a instaurar el miedo, obligando a que la sociedad en general se retraiga, refugiándose egoístamente en su propia individualidad. Quebrar la solidaridad con el terror fue uno de los propósitos del cambio cultural del neoliberalismo.

Y esto sólo se revierte con más democracia, con más posibilidades de participación política, con mayores niveles de equidad, con mejores instancias de movilización social. Por eso nuestra apuesta y nuestra propuesta es seguir profundizando la reflexión y la práctica política, siempre con la centralidad en los pobres, alentados por nuestras convicciones cristianas. Ese fue el esfuerzo en las jornadas de homenaje a Mons. Angelelli, que animó el teólogo José Comblin en agosto. Y será nuestro principal aporte también en el próximo Seminario de Formación Teológica.

Esta es nuestra memoria porque queremos actualizar y extender esa reconstrucción de valores que deben animar nuestra marcha. Una memoria actuante hoy para continuar con los proyectos de justicia y liberación, que en estos 30 años nos han seguido reclamando, desafiándonos a cada paso. También como tarea para el 2007.

Equipo Responsable
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