Editorial (Julio de 2011)

El derecho a ser protagonistas

“...el pueblo no va a permitir que le nieguen el derecho a ser actor y protagonista del proceso político...”
(Mons. Enrique Angelelli, Revista YA!, 8-junio-1973)

Las palabras de nuestro mártir y maestro resuenan como cuestionamiento e imperativo en la tarea que nos corresponde en el hoy argentino y latinoamericano. Pronunciadas a pocos días del proceso popular iniciado en 1973 sobresalen, a 38 años, como firme y decidido compromiso ante una realidad insoslayable. Sin medias tintas, sin especulaciones, sin poses episcopales de falsas neutralidades. Y desde ese acompañamiento, advirtiendo con ánimo esperanzado, para contagiar optimismo pero a la vez indicando tareas y responsabilidades para que no se frustren las expectativas.

Al celebrar el 35 aniversario del martirio de Mons. Angelelli, a pocos días del proceso político-electoral que ya estamos viviendo los argentinos no es poca cosa que la memoria de lo vivido nos refriegue en la cara que el protagonismo es un derecho y como pueblo tenemos la obligación de hacerlo vigente. La realidad política que nos toca en esta época revela muchas limitaciones y deudas, pero también esfuerzos importantes por retomar un camino que fue frustrado con violencia por el terrorismo de estado; y reaparece hoy como nuevo desafío ante una realidad que sigue clamando por más justicia y dignidad.

El ejercicio de la memoria nos obliga a mirar el presente, cargando sobre nuestros hombros esa historia de idas y vueltas, de avances y retrocesos, que también nos exige el replanteo de paradigmas y un corazón abierto para entender las nuevas realidades sociales, culturales y políticas, siempre desde el lugar de los más empobrecidos.

Ese es el aporte que elegimos hacer desde TIEMPO LATINOAMERICANO. Y por eso también queremos adecuarnos a las nuevas exigencias y posibilidades.

Después de la primera reunión del Consejo Asesor Editorial, donde revisamos el rol de nuestra revista, su historia, sus destinatarios y los desafíos que debe asumir en esta etapa, desde el Equipo de Redacción propusimos redefinir su estructura asignándole mayor importancia al dossier central, que potencia lo que siempre hemos presentado como “Aportes para la Reflexión” en las páginas centrales de nuestra revista. Y elegimos para esta edición animarnos a pensar otra vez sobre la política, el estado y los movimientos sociales.

En otras oportunidades hemos abordado algunos o todos estos temas a lo largo de nuestra historia. Pero evaluamos que hoy estamos en un momento socio-político diferente. Y creemos que en algo, buena, poca o mucha medida, las condiciones subjetivas y objetivas para la reflexión de estos temas son diferentes.
En general, sin que la política esté totalmente reivindicada por la gente, percibimos un ánimo más positivo, menos demonización, mayor entusiasmo por participar especialmente de gente joven. ¿Cuales serían las razones de este reverdecer de la política?

A partir de lo que aparece en la realidad, queremos profundizar nuestra reflexión para contribuir a mayor ciudadanía, y mayor participación para un protagonismo real. ¿Cómo debatir la situación política con libertad, sin prejuicios de rotulación de “pros” o “contras”, sin sobredimensionar aspectos favorables sobre otros negativos, o al revés? ¿Es posible un análisis maduro, aunque siempre sea incompleto? Aún destacando la mayor distribución, que –aunque no de modo automático– contribuye a estar en mejores condiciones para asumir un rol más participativo, ¿en qué medida las políticas de estado aportan a la maduración política de la sociedad?
¿Hasta dónde las urgencias electorales posibilitan o impiden un proceso de consolidación o articulación de las organizaciones populares? ¿O de nuevas construcciones políticas, que vayan más allá de alianzas o frentes electorales y se asienten en firmes convicciones y organización interna participativa? Desde la realidad que nos circunda, especialmente en estos tiempos electorales, pareciera que aunque existe mayor consenso y práctica sobre el reposicionamiento del estado para beneficio de los sectores populares, no se visualizan construcciones políticas superadoras, quedando muchas veces los intentos en armados electorales, eficaces para las elecciones pero insuficientes para canalizar políticamente una participación protagónica de los sectores populares.

Por otra parte, ¿percibimos cambios en los movimientos sociales en su relación con la política o con el estado? ¿Hubo crecimiento en el modo de plantearse estrategias para obtener sus reivindicaciones o quedaron estancados en los condicionamientos del reinado neoliberal? ¿Cuánto ha evolucionado el debate en los movimientos sociales acorde a los cambios políticos que se insinúan, perciben o verifican? Estas son algunas preguntas que nos hicimos. Y en algunas notas que se publican hay intentos de respuestas. Nunca definitivas. Sino más bien como para abrir y profundizar el debate. A modo de lo que en la realidad se va experimentando, nos pareció oportuno compartir el testimonio de jóvenes que están haciendo su propio camino de participación política. Y una reflexión sobre las radios comunitarias argentinas.

Además, rendimos homenaje al teólogo José Comblin, que antes de su paso pascual, nos dejó las inéditas reflexiones, que compartimos con nuestros lectores. Con ese homenaje, agradecemos los esfuerzos extraordinarios que el P. Comblin hizo varias veces para llegar desde el nordeste brasileño hasta estas tierras cordobesas para celebrar el martirio de San Enrique de Tierra Adentro.

Próximos al 35 aniversario de su Pascua publicamos por primera vez un reportaje a Mons. Angelelli que llegó a nuestras manos, cuando ya estaba en imprenta la nueva edición del libro de los Reportajes que editamos el año pasado.

Equipo Responsable Tiempo Latinoamericano