Revista
Tiempo Latinoamericano

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Editorial (Junio de 2017)

Movilizados en acciones y palabras

Revista nº102 (Cliquee para ver/descargar)La realidad mediática se presenta tan vertiginosa que el tiempo pareciera consumirsecada vez más rápido sin poder asimilar, contabilizar o analizar los sucesos. Con impactos que aparentan cimbronazos, que se diluyen enseguida. Mientras tanto, otros hechos menos visibles y difundidos ocurren y afectan en lo concreto la misma vida cotidiana. Como si conviviéramos en dos mundos diferentes y tangenciales. El nuestro, el de cada momento; y el que nos muestran -que en gran parte hacemos nuestro- que parece inalcanzable, a veces ficticio o ilusorio.

Nuestra vida discurre entre las penurias y satisfacciones de todos los días y esas manifestaciones extrañas o lejanas pero que se nos meten como si fueran propias, conformando en parte anhelos casi siempre inalcanzables.

Se puede vivir encerrado en el termo de la propia cotidianeidad o en la ilusión permanente de hacer propio lo inalcanzable, aunque sea como distracción para no hacerse cargo de un camino de superación 0 lucha por la dignidad. O también y mejor, admirando y valorando sucesos colectivos que muestran caminos hacia ese horizonte.

El mundo real en el que vivimos y somos es mucho más complejo que nuestra individualidad.Y también de lo que nos machaca la pantalla televisiva. Se nos presentan escenarios diversos en los que actúan las personas, casi siempre en forma colectiva. Resultaría imposible abarcar esas complejidades, que además suceden en la ancha y larga geografia que habitamos.

Nuestra revista, que con mucho esfuerzo pretende ser un aporte para un destino colectivo más justo y fraternal, quiere abarcar una parte de esa realidad colectiva, conformada por experiencias positivas de organización y lucha por una vida más digna. Y reflexiones que ayuden a comprender las complejidades de la realidad que vivimos y a encontrar propuestas que, para transformar las situaciones presentes de injusticias, deben ser no sólo posibles sino eficaces.

Nunca la palabra sola alcanza; debe encamarse en manifestaciones de colectivos humanos. Organizaciones, movimientos que desde las particularidades que reivindican puedan articularse para hacer sentir el peso del poder social que se va gestando en esas experiencias. TIEMPO LATINOAMERICANO quiere ser palabras y accrones.

De las variadas experiencias que se vienen sucediendo, esta vez hemos elegido dos que por cercanía podemos valorar mejor en su extensión y profundidad. No a los Megabasurales sintetiza una lucha que lleva ya un tiempo largo. No parte del análisis intelectual ambientalista, sino de las nefastas consecuencias que acarrearía para un conglomerado urbano concreto, en las cercanías de la ciudad de Córdoba. Desde ese lugar los vecinos iniciaron su protesta, que se transformó en organización y logró hasta el momento sensibilizar no sólo al resto de la población, sino a los poderes públicos, donde siempre ha tenido más peso el poder económico, con sus influencias y negociados.

Por su parte, el Movimiento de organizaciones sociales Carlos Mugica, que reúne distintas experiencias colectivas, algunas con mucho camino recorrido en los barrios más necesitados de la ciudad de Córdoba, es un avance en la articulación social. Con el agregado que la inspiración de Carlos Mugica, el cura villero asesinado por las 3 A el 11 de mayo de 1974, le da dos dimensiones necesarias en toda organizaciónsocial: la mística, que en este caso abreva en un cristianismo liberador, y la política que enraíza en un movimiento popular, el peronismo con su historia y sus contradicciones, expresiones propias de una larga marcha del pueblo argentino. No es ajeno a todo esto, la amplia solidaridad que recibió el P. Mariano Oberlin, al inicio del año, acompañando dificiles momentos que vivió a raíz de su intenso compromiso por la recuperación de los jóvenes en una zona empobrecida dominada por los narcotrañcantes.

Y a ese contexto de experiencias comunitarias particulares, una expresión masiva de manifestación popular el 10 de mayo contra el fallo del 2 x 1 de la Corte Suprema de Justicia que pretendió reabrir 1a impunidada los genocidas, al compás de un abortado 1lamado a la reconciliación. Reacción espontánea, que sólo necesitó que los organismos sociales, políticos y de derechos humanos acordaran día y hora, lo que indicó la encamadura de la consigna Memoria, Verdad y Justicia, que el gobierno nacional desde que asumió a fines del 2015 busca debilitar. De allí su trascendencia. Y en Córdoba especialmente cuando estamos a las puertas del dilatado juicio a los magistrados cómplices con la dictadura de 1976, que buena parte de la “sagrada familia judicial” sigue protegiendo después de 40 años.

Ha sido justamente ese largo, persistente y tenaz proceso de recuperación de la memoria lo que ha sostenido, fortalecido y develado la verdad que pretendieron desaparecer y enterrar clandestinamente con los 30.000 que quisieron borrar para siempre. Y la justicia llegó no sólo con los juicios, sino con los recuerdos y testimonios que se compartieron de las historias de militancia por una nueva sociedad sin opresores ni oprimidos.

Así se conmemoraron los 40 años del martirio de Marta Juana González, “La Marta”, nuestra Marta, que sigue reviviendo en la escuela que lleva su nombre, en las luchas barriales y también en el largo conflicto de los docentes, que además del salario defienden la escuela pública amenazada por el gobierno de Macri. La memoria vigente, que cada año también reivindicamos con Mons. Angelelli y su pastoral conciliar. Y este año celebraremos con los avances en la causa de beatificación ya unificada en Roma con los otros mártires riojanos.

Memorias de la liberación, intolerables para la furia capitalista que con manos genocidas pretendió que “nunca más” florecieran nuevos proyectos de nuevas generaciones que se sienten interpeladas por las realidades de injusticias hoy agravadas.

Más que nunca, estas memorias requieren estar presentes. Porque las reacciones a las escandalosas diferencias sociales son desalentadas, escudados con el manto del consenso que usufructúan sólo los privilegiados de siempre. Y así se desñgura la verdadera democracia participativa, reduciéndola a las formalidadesque alimenta a los dirigentes que apenas llegan al sillón con el voto del pueblo, hacen todo lo contrario a lo prometido. Por eso la reflexión sobre la democracia que vuelve a ocupar nuestro DOSSIER en las páginas centrales, constituye un aporte -siempre relativo- para sincerar el debate y consolidar una democracia popular con justicia social.

“Con mula y todo” -como dijo el Papa Francisco- se oficializó la entrada del Cura Brochero a un importante escenario mundial de los grandes. Aunque haya tardado más de cien años, llegó cargando a los pobres a los que les dedicó su vida. Si sólo quedara entronizado en los altares, se tendría que bajar del macho Malacara que lo acompañó en sus recorridos serranos. Pero a Roma llegó en su mula y desde allí seguirá andando entre nosotros por los senderos de los pobres, alentando su marcha por la dignidad y la justicia.

Equipo Tiempo Latinoamericano